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Sexo a cambio de amor.

  • Areli Torres
  • 8 dic 2016
  • 3 Min. de lectura

No sé muy bien ni de qué voy a hablar en esta entrada; sólo ir contando un poco de la historia de mi vida con los hombres. Tipos que no buscan una relación seria pero que sí quieren pasar un rato a gusto; sí, hablo de sexo. Como siempre digo, el hecho de que un hombre quiera sólo sexo contigo no lo hace un patán ni un cabrón; es muy probable que ni él sepa lo que quiere o necesita, porque andamos tan heridos en la vida -hombres y mujeres- que transitamos con una venda en los ojos y pues sí, nos llevamos entre las patas a gente que aún no ha despertado su consciencia para hacerse cargo de sí misma.

Para las mujeres que amamos demasiado el sexo representa una oportunidad para sentirnos amadas, ser vistas, sentirnos valoradas. Por muy anticuado que suene, nos volvemos mujeres fáciles para los hombres. Y si bien no creo que ellos sean una máquina de testosterona con deseos irrefrenables de sexo, al final su energía está más cargada hacia lo sexual, no sólo por su naturaleza fisiológica o bioquímica, también porque culturalmente no se les permite expresarse en lo emocional. Entonces si andan heridos tienen menos herramientas para sacarlo, y recurren a cosas más físicas para desfogarse, quizás el sexo entre ellas.

Dicen por ahí que las mujeres damos sexo para recibir amor, y los hombres dan amor para recibir sexo. Como mujer puedo decir que la primera parte de la frase es totalmente cierta, de la segunda no opino, a ver si sale algún caballero que pueda argumentar al respecto. No faltará alguna valiente que alce la voz y diga que ella no hace eso. Que ella tiene sexo porque quiere y con quien quiere por puro placer, sin estar esperando que el hombre un día le pida formalizar su relación.

La verdad es que dudo mucho que exista una mujer que realmente pueda dar sexo a diestra y siniestra sin esperar nada a cambio. Al menos no sin antes haber sanado sus heridas de la humillación, del abandono, y del rechazo; o sea, no sin antes haber tenido un proceso de curación emocional. Y aún habiendo hecho lo anterior se necesita honestidad con una misma para decidir entrar en una relación donde se ha establecido que no habrá un compromiso, pero sí sexo. Es como sentarse frente a una misma y decir "mira, él te encanta para algo formal pero ya te dijo que no quiere eso; mamacita tú sabes si le entras y sufres porque a pesar de todos tus trucos sexuales, él no te va a pedir que seas su novia. O le entras pero sin todo el drama que te encanta".

Sostengo con firmeza que no hay mujer (sin trabajo previo) que pueda ser "free" o amante de alguien sin esperar amor de vuelta, porque yo con mi carácter fuerte y libertino mucho tiempo me conté la historia de que yo sí podía hacerlo. Hoy, después de varios años de trabajo interno me doy cuenta que siempre, invariablemente, buscaba sentirme aceptada y querida. No siempre quería casarme con el hombre en cuestión, pero en todas las ocasiones, compartir mi cuerpo me hacia sentir querida.

Las mujeres que amamos demasiado tenemos la cualidad de volvernos diosas del sexo con aquellos hombres que no quieren comprometerse. Entre más difícil, lejano e inaccesible veamos al hombre mejor será el sexo. Aquí quiero también argumentar que un hombre medianamente inteligente no se va a casar contigo sólo porque el sexo sea excelente. Creo que a nuestra edad, ya debemos dejar de pensar en eso de que un hombre o una mujer eligen a una persona porque "hace buenos trabajos"; uno elige según su nivel de consciencia.

Así que deja de leer Cosmopolitan y esas revistas donde te dan tips para ser la mejor amante, o para convertirte en la reina del sexo oral, que además te da asco, pero como queremos que el hombre nos ame hasta hacemos cosas que no queremos, pero bueno ese es otro tema. De momento suelta tu Cosmo y vete a leer algún libro para sanar tus heridas.

Abrazo.


 
 
 

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